Mindfulness significa atención plena y se refiere a un estado o rasgo de la mente humana presente en todos los individuos, asociado a un gran nivel de bienestar psíquico y físico. También denominamos mindfulness a la técnica psicológica que nos permite desarrollar dicha capacidad mental. Esta técnica no tiene ninguna reminiscencia religiosa o cultural y hoy en día cuenta con una sólida evidencia científica.
La cualidad de mindfulness se desarrolla a través del entrenamiento de la atención. Para ello dejamos de funcionar en “piloto automático”, rumiando sobre el pasado o proyectándonos continuamente en el futuro y traemos nuestra atención a lo que está ocurriendo en el momento presente. Esta atención plena y consciente incluiría dos aspectos fundamentales:
1.- Estamos atentos a lo que estamos experimentando momento a momento en el instante presente. Nuestra mente no está en el pasado ni en el futuro sino que permanece en el aquí y ahora.
2.- No juzgamos ni criticamos la experiencia presente, sino que la aceptamos tal y como es, con apertura y curiosidad. Cualquier elemento de no aceptación que exista en la experiencia, hará perder el estado mindfulness.
¿Cuáles son los beneficios de la práctica para el individuo?
La práctica regular de mindfulness mejora nuestra capacidad de atención, concentración y memoria por lo que se convierte en una excelente herramienta para ampliar nuestras funciones cognitivas. Las prácticas formales se basan en mantener la atención fija en la respiración, sensaciones corporales u objetos externos, volviendo al objeto de meditación cuando seamos conscientes de que nuestra mente divaga, evitando elaborar o juzgar los pensamientos, sensaciones o sentimientos que aparecen.
El mindfulness mejora la salud de manera general, presentándose como una herramienta muy eficaz para la reducción del estrés: la práctica continuada reduce los niveles de cortisol, hormona que se libera en respuesta al estrés y cuya secreción prolongada provocada por el estrés crónico puede dar lugar a importantes cambios fisiológicos. Diversos estudios señalan relaciones positivas entre el mindfulness y la mejora de problemas como la depresión, la ansiedad, el insomnio y otros comportamientos que se ven producidos o incrementados por el estrés crónico.
El cultivo de la atención plena impacta muy positivamente en nuestro equilibrio emocional. En concreto, la práctica continuada de mindfulness afectaría principalmente a seis dimensiones del perfil emocional (Richard J. Davidson): resiliencia (capacidad para recuperarse ante la adversidad), actitud positiva (compromiso y nivel de energía mantenidos incluso en las circunstancias más difíciles), autoconocimiento (ser conscientes de nuestros sentimientos, emociones y de nuestro cuerpo), intuición social (empatía y compasión), sensibilidad al contexto (“saber estar” e interpretar el entorno en el que nos encontramos) y atención (foco y concentración).
Mindfulness en las organizaciones
El mundo de las organizaciones es cada vez más exigente y competitivo. La mayor parte de las empresas se mueven en entornos caracterizados, entre otras muchas cosas, por la incertidumbre ante los ciclos económicos, la complejidad ante las nuevas demandas de los consumidores y la presión competitiva, intensificada, en muchos casos, por la aparición de nuevos canales de distribución. Es evidente que estamos ante una nueva realidad en la que lo único que es constante es el cambio. Tener la flexibilidad y la capacidad para adaptarse a ellos parece a día de hoy una condición sine qua non.
En este contexto las organizaciones demandan colaboradores con características como la creatividad, flexibilidad, responsabilidad, implicación, resiliencia, etc. No obstante, la simple enumeración de estas cualidades no sirve de mucho para ayudar a las personas a poseerlas y a las organizaciones a desarrollarlas. Muy al contrario parece que estamos asistiendo a nivel individual a un importante aumento de situaciones de estrés, ansiedad y depresión lo que provoca descensos en la productividad, absentismo, toma de decisiones precipitadas, mal clima laboral y, en definitiva, imposibilidad o dificultad para alcanzar los objetivos deseados por las organizaciones.
En este contexto irrumpe con fuerza el mindfulness como una herramienta que puede ayudar a mejorar los niveles de satisfacción, capacidad cognitiva, gestión del estrés, regulación emocional y, en consecuencia, los resultados a nivel personal y organizativo. Grandes compañías multinacionales y nacionales llevan años aplicando sus propios métodos basados en mindfulness.
¿Qué aporta el mindfulness a las organizaciones?
En los últimos años, el mindfulness está teniendo muy buena acogida en el mundo de las organizaciones gracias, principalmente, a los buenos resultados que aporta en cuanto a la reducción del estrés. Sin embargo el impacto que puede tener va más allá de la dimensión individual de los trabajadores, influyendo en el conjunto de la organización.
Algunos de los beneficios de la implantación de mindfulness en las organizaciones son los siguientes:
1.- Productividad: el contexto que describíamos al comienzo de este artículo está afectando muy negativamente a la capacidad y rendimiento de los trabajadores como consecuencia de problemas de salud mental como el burnout o el estrés. Diferentes estudios ponen de manifiesto el impacto positivo que mindfulness tiene sobre el rendimiento y la productividad a través de palancas como la mejora de la atención y concentración, la gestión de las emociones y la resiliencia.
2.- Clima laboral: la relación que existe entre los miembros de cualquier organización afecta inevitablemente a la calidad del trabajo. Mindfulness actúa de manera positiva en las relaciones sociales mediante la mejora de la empatía y facilitando la aparición de estados de ánimo positivos. Esta sensación de bienestar individual y la mejora de la empatía redundan en una mejor comunicación y en una disminución de los conflictos, mejorando así el rendimiento grupal.
3.- Liderazgo: la práctica regular de mindfulness desarrolla habilidades como la gestión emocional, visión estratégica, flexibilidad o creatividad. Esto genera una mayor sensación de bienestar psicológico en general y un mayor compromiso por parte de los directivos. Los líderes mindful logran un mayor bienestar y satisfacción de sus equipos al promover emociones positivas, promover empleados menos agotados emocionalmente y aumentar el equilibrio trabajo-vida personal de sus colaboradores.
4.- Toma de decisiones: aunque muchas veces podamos pensar que la razón guía nuestras decisiones, las emociones condicionan nuestra percepción y nuestras acciones. Es por ello que la instauración de prácticas de mindfulness en el día a día de los responsables de las decisiones importantes se hace tan necesario. El distanciamiento de nuestro pensamiento condicionado por el pasado y de nuestras emociones, permiten a la persona tomar mayor conciencia de la realidad de la situación, analizar y manejar correctamente la información y reducir la influencia de los diferentes sesgos a los que habitualmente estamos sometidos. Todo esto favorecerá un proceso de toma de decisiones más eficaz.
5.- Creatividad e innovación: durante los últimos años, diferentes empresas cuyo desarrollo depende en gran medida de su capacidad para generar nuevas ideas y productos han estado incluyendo programas de mindfulness para potenciar la capacidad creativa e innovadora de sus colaboradores. Es el caso de Google, compañía caracterizada por su innovación y creatividad, que desde el año 2007 desarrolla su propio programa de mindfulness (Search Inside Yourself), siendo uno de los más populares entre sus miles de empleados.
En definitiva, mindfulness se está consolidando como una de las herramientas más eficaces para dar respuesta a las demandas de las personas en las organizaciones en el contexto actual. La capacidad de adaptación, la gestión del estrés y de las emociones, la flexibilidad mental y la creatividad parecen hoy un requisito indispensable y dedicar un tiempo cada día a entrenar nuestra mente, puede contribuir considerablemente a aumentarlas.